La investigación sobre liderazgo sugiere que la mayoría de los líderes se dividen en una de dos amplias categorías.

Los Disminuidores son aquellos que drenan la inteligencia, la energía y la capacidad de las personas que los rodean. Creen que son los más inteligentes de la sala y que sus equipos existen para llevar a cabo su visión.

Los Multiplicadores, por otro lado, amplifican el talento que los rodea. No necesitan tener todas las respuestas, sino que agudizan las ideas de todos los demás. Sus equipos están llenos de energía, toman la iniciativa y crecen rápidamente. Ese es el efecto multiplicador en acción. 

Pero aquí está la trampa: muchos disminuidores ni siquiera se dan cuenta de que lo están haciendo. Piensan que están ayudando al intervenir con respuestas o al proteger a sus equipos de los errores. 

En este artículo, Donal Laverty, socio consultor de Baker Tilly Mooney Moore en Irlanda del Norte, y Jane Walker-Smith, socia de servicios de personal de MHA en el Reino Unido, exploran cinco acciones prácticas que los líderes pueden tomar hoy para cambiar al modo multiplicador.

Y todo comienza con la conciencia.

Los multiplicadores no dan todas las respuestas, hacen mejores preguntas: ¿Cuál es tu opinión? ¿Qué podríamos estar pasando por alto?

La curiosidad indica confianza. Muestra que crees que tu equipo tiene información valiosa que vale la pena escuchar e impulsa a las personas a pensar más profundamente.

Los disminuidores delegan tareas. Los multiplicadores delegan resultados.

En lugar de decir "Hazlo de esta manera", di "Aquí está el objetivo final. Confío en que descubrirás cómo llevarnos allí".

Ese cambio sutil les da a las personas autonomía, creatividad y responsabilidad, todos motivadores poderosos.

Los multiplicadores desafían a las personas más allá de sus zonas de confort, pero no las lanzan a lo profundo sin un chaleco salvavidas. 

Asignan "oportunidades de estiramiento" que hacen crecer las habilidades y la confianza, al tiempo que ofrecen apoyo.

Cuando los equipos saben que sus ideas importan, es más probable que corran riesgos e innoven.

Un multiplicador no solo recompensa los resultados; reconoce el esfuerzo, la perspicacia y el coraje. 

Podrían decir: "Esa idea no funcionó, pero me encantó la forma en que la abordaste. Apliquemos ese mismo pensamiento a nuestro próximo desafío".

El miedo es el disminuidor definitivo. Si las personas están preocupadas por verse tontas o ser castigadas por los errores, se contendrán.

Los multiplicadores crean seguridad psicológica al modelar la humildad ellos mismos. Admiten cuando no saben la respuesta, comparten el crédito generosamente y tratan el fracaso como aprendizaje.

Pero, ¿por qué esto importa tanto? 

Importa porque el liderazgo no solo influye en el rendimiento en el momento, sino que crea efectos dominó.

Al final de tu carrera, la gente no solo recordará cuántos proyectos entregaste o cuántos incendios apagaste. Recordarán si hicieron su mejor trabajo contigo y si se volvieron más inteligentes, más fuertes y más seguros gracias a ti.

 

Ese es el verdadero efecto multiplicador.

Ya sea que se trate de remodelar cómo operan sus equipos o brindar asesoramiento estratégico de recursos humanos cuando más lo necesite, en Baker Tilly lo ayudaremos a convertir la ambición en acción.